lunes, 28 de mayo de 2012

ELECCIONES EN LA REGIÓN

PROF. HAROLDO QUINTEROS. DIARIO 21. 24/ 05 / 2012. ELECCIONES EN LA REGIÓN. Partió la carrera electoral en la región. Estamos en las postrimerías de la primera fase, en que las cúpulas políticas recaban acuerdos, pactos y sub-pactos y designan a sus candidatos. Vamos por parte. La derecha: Los problemas en su interior (entre RN y UDI, obviamente), al fin de cuentas no eran muy serios, puesto que irá unida a las elecciones. Quizás haya candidaturas menores ideológicamente afines a ella, como la de Felipe Arenas, pero lo más probable es que no afectarán seriamente su votación tradicional. Además, los acercamientos que hubo hace unos meses entre RN y la DC no fueron más que un ligero flirt, que ya pasó al olvido. ¿Y la oposición “binominal,” la Concertación? En el país, también seguirá unida, con la novedad que en esta elección municipal se ha sumado formalmente a ella el Partido Comunista (PC). Por cierto, el acercamiento de la Concertación y el PC es cada vez mayor; a tal punto, que éste no irá en estas elecciones con sus congéneres naturales, los sectores de izquierda contestatarios al sistema capitalista neo-liberal vigente (que el PC dice combatir). Grosso modo, el PC se ha comprometido a apoyar a los candidatos a alcalde de la Concertación en todo el país, a cambio de participar en sus listas de concejales. Entonces, el PC no ha ingresado al frente de izquierda actualmente en formación en el país, en el cual participan el Partido Igualdad, el Partido Humanista, el Partido Movimiento Amplio Social (MAS), y el Movimiento Amplio de Izquierda (MAIZ), aunque, de hecho, hay algunos acuerdos muy parciales entre ellos y el PC, y sólo en algunas regiones. En verdad, el pragmático PC busca ganar las elecciones a como dé lugar, y sus análisis le aconsejan priorizar acuerdos con la Concertación, y no con sus parientes sanguíneos, aunque varios de éstos se lo propusieron. Las ventajas que ello pueda reportarle, es cosa sólo de los análisis que el PC haga, pero en la práctica, el resultado visible es su progresivo acercamiento al centro político, con un efecto dialéctico muy lógico, su progresivo alejamiento de la izquierda. A nivel local, la situación de la Concertación es especialmente enredada. Por la prensa local nos impusimos hace meses de los unilaterales acuerdos a que llegaron algunos partidos de la Concertación, el PPD y PRSD (los radicales) con los comunistas, y Fuerza Norte (léase, sorismo), para elegir concejales y un alcalde, que no será de la Concertación, sino Jorge Soria. El PC local, entonces, no es parte del acuerdo nacional de su dirección central con la Concertación. La premisa del PC local para apoyar a Soria, sería retribuir el apoyo del caudillo a la candidatura triunfante del diputado comunista Hugo Gutiérrez, hace dos años. Por supuesto, eso es, por lo menos en gran medida, decididamente falso, porque en el triunfo de Gutiérrez participó toda la izquierda regional, tanto de dentro como de fuera de la Concertación, y, sin duda, con mucha mayor fuerza que el sorismo, que siempre ha estado dividido en sectores de izquierda y de derecha, como todo el mundo sabe. En todo caso, y de pronto, a la tríada PC-PPD-PRSD, le cae un balde de agua fría, con el pronunciamiento oficial de la Concertación, aventado aquí mismo, en Iquique, por los muy conspicuos senadores Fulvio Rossi (PS) y Ximena Rincón DC). Rossi y Rincón vinieron a proclamar a Francisco Prieto como el candidato a alcalde oficial de la Concertación, justo cuando todo el mundo ya empezaba a convencerse que Prieto sería bajado por la propia Concertación, para irse con Soria. Desde luego, la falta de apoyo oficial que tenía la candidatura de Prieto explica la extrema debilidad en que se encontraba hasta hace sólo unos días. Tal escenario no era imposible, porque esa postura ya empezaba a embrionar al interior de la misma Concertación. Hasta el senador Rossi, hace sólo unas semanas, decía que él bien podría apoyar a Soria, otrora su archi-enemigo. La verdad es que la Concertación no llegó a este grotesco extremo del oportunismo, aunque era tentador, puesto que para ella “la madre de las batallas” es una sola: ganar a la dupla RN-UDI en las elecciones presidenciales del 2014, y Soria ha jurado que esta vez apoyaría a la Concertación (bueno, por lo menos hasta hoy). Veamos ahora a la izquierda. El Partido Progresista (PRO), aunque se declara más “transversal” que de izquierda, confiado en la votación que su cabeza de serie nacional Marco Enríquez-Ominami (ME-O) obtuvo aquí hace dos años, tampoco se unirá a los varios grupos y partidos de izquierda. Así lo decidió, aunque tantas veces se ha probado que los votos de los caudillos, máxime si son foráneos, rara vez son endosables a sus seguidores. En cuanto a las demás organizaciones de izquierda, ellas se aprestan a intervenir en la contienda con sus candidatos propios, a quienes, con toda seguridad, proclamarán en estos días. (CONTINUARÁ). ……………………………………………………………….. PROF. HAROLDO QUINTEROS. DIARIO 21. 31/ 05 / 2012. ELECCIONES EN LA REGIÓN. (SEGUNDA PARTE). En medio de toda esta maraña de acuerdos y desacuerdos, contubernios y volteretas, las interrogantes sobran. Por ejemplo, aquí en Iquique, ¿en qué medida la unidad interna de la Concertación se verá afectada por el apoyo de comunistas y radicales a Soria a la alcaldía, habida cuenta del pronunciamiento oficial que trajeron nada menos que Rossi y Rincón desde Santiago, en el sentido que la Concertación lleva de candidato a Francisco Prieto? La pregunta es obvia, puesto que, evidentemente, el viaje que hicieron Rossi y Rincón a Iquique no fue de turistas, sino con el objetivo de impedir que Soria vuelva a la alcaldía, llamando a la militancia de todos los partidos de la Concertación a apoyar a Prieto, y a la del PC, a cumplir con el pacto que tiene su partido con la Concertación, de apoyar a sus candidatos a las alcaldías en todo el país. Otra interrogante, ¿hasta qué punto se debilitarán la derecha y la Concertación con las varias candidaturas alternativas a ellas que se están perfilando, tanto de derecha como de izquierda? La conversación ciudadana es más deportiva que política. Por cierto, más se habla de las supuestas gracias personales de los candidatos que de su pensamiento y posturas políticas; menos aun de los planes que tienen (si los tienen) para la comuna. Eso sólo revela, una vez más, el descrédito y la desconfianza que despiertan en la ciudadanía los políticos y los partidos políticos. En verdad, lo único que debiera importar son los programas que tienen los pretendientes al poder municipal, que, desde luego, debieran ser claros, fundamentados y sistemáticos. Sobre ello, hay que partir por una cuestión básica de filosofía política. El pueblo, desde luego, tiene ante el poder dos opciones: Una, involucrarse en su ejercicio activa y permanentemente; y otra, dejar que los elegidos se adueñen de él. Es la segunda opción la que reina en Chile y en todos los países en que la cultura política es pobre, y la conciencia democrática más aun. Se dice, “que sean los políticos los que resuelvan nuestros problemas…porque para eso los elegimos.” Bueno, ¿y si ellos no los resuelven?, y, si llegados al poder, ¿eligen más servirse a sí mismos que a la ciudadanía? ¿Acaso no es así, prácticamente siempre? Chile, indudablemente, es el arquetipo del país en que los políticos profesionales rara vez cumplen lo que prometen, y las más de las veces se enredan en sibilinos pactos y componendas, para que al final… las cosas sigan igual. Además, normalmente, los programas de los candidatos al municipio abarcan sólo lo “visible,” como tapar hoyos en las calles o la extracción de la basura. Para los problemas de largo plazo, como los que afligen a la Educación, nunca hay programas ni propuestas serias, sistemáticas y de largo plazo. En verdad, sólo se anuncian de manera general y retórica, porque la verdad sea dicha, generalmente los candidatos entienden poco o nada de ellos. Una vez elegidos, tampoco incorporan en sus gobiernos a funcionarios y asesores que sí entiendan y sepan lo que hay que hacer, sino a sus parientes, sus más fieles amigos y militantes de sus partidos. La Municipalidad es la primera oidora de los problemas de un pueblo, y la instancia política que tiene la primera opción en resolver sus problemas, del tipo que sean; y es la que puede y debe llevarlos hacia las esferas centrales del gobierno, en caso que aquellos problemas sean realmente mayores. Es decir, la Municipalidad representa, indudablemente, la primera fase del ejercicio de la democracia. Por lo tanto, es de esperar que en las próximas elecciones, de los muchos candidatos que habrá, los iquiqueños elijamos a los que, por una parte, garanticen la participación, activa, real y diaria de la ciudadanía en las decisiones municipales, y, por otra, sean elegidos los más preparados. Hace falta un municipio de verdad ciudadano, que promueva la participación de los habitantes de la comuna en las decisiones que los afectan. La forma cultural política nuestra, ha sido hasta ahora dejar que las cúpulas políticas hagan y deshagan una vez que se instalan en el poder. Por desgracia, aunque la ciudadanía las rechaza abiertamente, bien poco hace por cambiar ese estilo de vida político. Un municipio realmente democrático debe incentivar, con todos los medios que tenga a su alcance, el funcionamiento más activo de las juntas vecinales y las organizaciones sociales de base, con el fin de dar vida a UN GRAN CABILDO CIUDADANO PERMANENTE, que posea una agenda que registre día a día los problemas comunales, y ofrezca, creativamente, desde la base de la sociedad civil, las correspondientes soluciones.

jueves, 17 de mayo de 2012

CENTRALISMO: MARGINALIDAD Y ABUSO

HAROLDO QUINTEROS. DIARIO 21. 17 / 05 / 2012. CENTRALISMO: MARGINALIDAD Y ABUSO. Chile tiene un enorme y único Estado, altamente centralizado, desde donde se dictan todas las políticas públicas nacionales. El centralismo nuestro viene de los albores de nuestra historia como nación. Los primeros patriotas, sobre todo O’Higgins, con el fin de evitar la acción de caudillos belicosos, caciques y patrones políticos en provincias, decidieron el unitarismo como la gran característica administrativa del país. Era, por cierto, la única manera de asegurar la paz política de la emergente nación, que por su extensión, era difícil ejercer en ella un buen control territorial de su población. Esos tiempos post-revolucionarios, tras dos siglos de desarrollo, han cambiado, mas no nuestra condición centralista, con muy infelices consecuencias. En efecto, el antiguo autoritarismo centralista ha terminado por relegar a la mayor parte de la ciudadanía del país a una condición de cuasi-vasallo del centro. Es más, como lo ha probado infinidad de veces la Araucanía, y recientemente Aysén, entre otras regiones, algunas han llegado a la más evidente marginalidad y subdesarrollo. No puede ser de otro modo, por el alto grado de concentración humana y económica en el centro del país, probablemente una de las mayores del mundo. La Región Metropolitana (RM) no es la mitad del país, como algunos creen. Constituye, además, sólo el 2% del territorio nacional y, sin embargo, posee el 49% del recurso humano intelectual y técnico del país. Es así como produce el 43% de producto interno bruto (PIB). Los efectos de esta exagerada centralización están a la vista. Según cifras oficiales, el ingreso promedio de los hogares de la RM es 24% más alto que el promedio del país. La pobreza promedio en Chile es de 15,1%, pero en la RM, con todos sus problemas (la crudeza del invierno, el hacinamiento urbano, la locomoción pública, etc.), es de 11,5%. El promedio de pobreza del país es más alto en cada una de las regiones que en la RM, alcanzando límites de subdesarrollo absoluto en algunas zonas, con promedios que se desplazan entre el 20 y hasta el 25%. Hay vastas regiones del país en que la actividad cultural es prácticamente nula, sin universidades ni institutos profesionales, uno de los mayores reclamos que el pueblo de Aysén hizo al Estado en sus movilizaciones. Todos los indicadores de atención social, como los bio-medicosociales, el transporte urbano, educacionales, etc., son mucho mayores en la RM que en el resto del país. Tomemos sólo como ejemplo el Ferrocarril Metropolitano (el Metro de Santiago). El Metro tiene 100 kilómetros de extensión. Con las nuevas líneas 3 y 6 aumentará 37 kmts., con una inversión de 2.758 millones de dólares. Además se destinarán 406 millones de dólares para remozar y mejorar la red actual, con un total de 3.154. millones. Nunca en la historia del país ha habido una provisión semejante de recursos para los transportes urbanos e interurbanos regionales. Además, hay cálculos que indican que las inversiones que se han hecho en el sistema del Trans-Santiago (el desastre más descomunal técnico-urbano de nuestra historia) en los últimos años, equivalen a la provisión de todas las carreteras de costa que aún hace falta construir en el litoral chileno En fin, la condición centralista de Chile es discriminatoria, y análoga a la del mundo, con poderosas naciones desarrolladas, rodeadas de una periferia que le provee de las materias primas necesarias para su desarrollo. Efectivamente, la mayor capacidad industrial e intelectual del país está en la RM, mientras que las regiones producen la mayor parte de las materias primas que se utilizan en el país, y que, además, lo proveen de recursos en moneda dura, que, como sabemos, su distribución no sólo es privativa del centro, sino además, lo favorece directamente. Como dice el dicho popular “el que reparte, se deja la mejor parte.” En efecto, aunque es en regiones donde están las riquezas básicas del país, bien poco es lo que ellas obtienen de las ganancias que tales riquezas generan. Nadie habla de secesión, sino de equidad y solidaridad. Las regiones, cuyos trabajadores extraen aquellas riquezas de la tierra, merecen desarrollarse en un clima general de igualdad. Ya es hora que Chile entre a los nuevos tiempos, que existan tributos regionales que se suman a los recursos del Estado y que cada región defina qué hacer con ellos; que los precios de los productos, salarios y pensiones varíen de acuerdo a las condiciones de vida de cada región, con zonas francas en las regiones más postergadas. Es hora también que las autoridades regionales, partiendo por los intendentes, sean elegidos democráticamente por la ciudadanía, con Parlamentos regionales también elegidos por los ciudadanos. En fin, establecer en cada región una discriminación positiva, proporcional a sus necesidades, y que parte importante de lo que produzcan, vaya en su beneficio directo. Esa es la mejor forma de hacer democracia, y estimular al pueblo hacia el trabajo solidario y creador.

miércoles, 2 de mayo de 2012

LA VUELTA DE SORIA. PRIMERA PARTE PROF. HAROLDO QUINTEROS. DIARIO 21. 03/ 05 / 2012. Jorge Soria vuelve a la política local, luego de la absolución que pronunció la Corte Suprema en su favor. En verdad, hasta hace muy poco, era raro el político local o iquiqueño común que creyera seriamente que este escenario pudiera darse, menos en pleno inicio de la contienda electoral municipal. Precisamente por esta razón es que llama mucho la atención las espectaculares “vueltas de carnero” que estamos presenciando en relación a la absolución del caudillo. Antiguos soristas abandonaron a su ídolo cuando éste fue formalizado por fraude y cohecho, lo que cobró especial dramatismo cuando se escondió de la justicia en calidad de prófugo. Hoy, sin embargo, aquellos ex – soristas, vuelven a serlo, y bien bulliciosamente. Otros, como el senador Fulvio Rossi, imprecaba contra cualquiera que se acercara a ese “corrupto,” como así trataba a Soria en sus conversaciones habituales. Hoy, cual camaleón, declara que está dispuesto a apoyarlo… ¡Con razón el pueblo cree tan poco, o nada, en los políticos, y apenas puede, execra de ellos! En verdad, tras estas volteretas está la conveniencia personal y la consecución de la ventaja electoral al precio que sea. Al fin y al cabo, tras Soria hay votos que pueden servir mucho en este país de los empates electorales, sin importar quién es Soria realmente, como político o como persona. Incluso, así como se están dando las cosas en la Concertación, rubricadas con el apoyo que el caudillo ahora tiene de su ex - archienemigo Fulvio Rossi, no sería raro que la Concertación desahuciara a su candidato oficial Francisco Prieto, para irse con Soria. Rossi, los PPD, radicales y comunistas, obnubilados por los votos que puede arrastrar el caudillo hacia sus aguas, olvidan, o quieren olvidar, que Soria puede estar políticamente, si así le da la gana, en cualquier bando. En efecto, así es, y de eso no cabe la menor duda. Lo dijo el propio caudillo en una entrevista con Raquel Correa hace ya varios años. Dijo, a la letra, que él no es de ningún bando político, sino, simplemente, “sorista.” De modo que no puede sorprender que si bien Soria partió en su juventud como socialista, haya trabajado por Piñera en su primera campaña presidencial, contra Michelle Bachelet. Soria, en efecto, trabajó por Piñera codo a codo con quienes, en 1973, lo mandaron junto a socialistas y comunistas al fatídico campo de concentración de Pisagua, de donde bien pudo salir muerto. Poco después, esos mismos pinochetistas, socios suyos en la campaña presidencial de hace seis años, lo relegaron a Mulchén, sufrido capítulo de su vida que Soria, con melodramáticos detalles, gusta mucho recordar en sus discursos. Por supuesto, Soria puede ser inocente. Sin embargo, aun con el “supremazo” que lo liberó, también podría no serlo, por la sencilla razón que la experiencia ha demostrado infinidad de veces que la justicia en Chile no es confiable, en absoluto, si de por medio está la política. Así es, con el perdón de los “supremos” y los abogados defensores de Soria, gente de izquierda, que hoy insisten en que “habló la Justicia” y que, por lo tanto, todo el mundo debe “respetar” el fallo. Algunos ejemplos de nuestros inmaculados supremos. Ante el estupor internacional, durante casi dos décadas, hicieron oídos sordos a los requerimientos que se le hacían por las evidentes y atroces violaciones a los derechos humanos que se cometían a diario durante la dictadura. ¿Y qué me dicen de la “locura senil” de Pinochet? ¿Alguien creyó ese cuento? ¿Lo creyó siquiera algún pinochetista? Pues, bien, la Corte Suprema “lo creyó,”y por tal razón dejó libre al dictador, requerido en esa época por la justicia de una decena de países de probada y antigua tradición democrática. Hoy mismo, los herederos de Pinochet se aprestan a recibir la fortuna amasada por el dictador durante 17 años de mando absoluto, aunque el Código Civil, en su artículo 1005, estipula que los locos no pueden testar, y, según los “infalibles” y “respetables” supremos, el dictador murió loco. ¿Puede alguien, entonces, obligarnos a creer en los fallos de la Corte Suprema, así no más? En el caso de la absolución de Soria, recordemos que un supremo, Jaime Rodríguez, se sumó al voto absolutorio de la mayoría, como consta expresamente en la Parte III de la resolución, aduciendo no la inocencia del caudillo, sino la prescripción de dos de los delitos, como así lo había impetrado la propia defensa del ex - alcalde. Luego, la unanimidad del fallo es más formal que real. En fin, Soria, el típico caudillo localista, transversal y amigo de todos, es muy apetecido por todos los bandos, especialmente a la hora de las elecciones. Así como estuvo con la derecha hace seis años, bien podría estarlo otra vez en dos años más, lo que ya debe estar, necesariamente, en los cálculos de la UDI y RN. Y bueno, los supremos, como todo el mundo sabe, nunca han sido mayoritariamente de izquierda. Elucubraciones son éstas, claro, pero basadas en hechos muy reales; por lo tanto, necesarias en el momento de los análisis. (CONTINUARÁ). …………………………………………………………………………………… SEGUNDA PARTE “Beware of fanatics!” (¡Cuidado con los fanáticos!) decía el decimonónico premier y escritor inglés Benjamin Disraeli. En verdad, el fanatismo político, ajeno a la reflexión y al análisis objetivo de la realidad, puede ser fuente de los más irracionales actos de violencia. Por cierto, en la actual era de información, conocimiento y mayor nivel educacional general, no es sino un anacronismo inaceptable. “Siempre le he obedecido en todo,” decía hace unos días uno de los más visibles soristas. Otro de ellos, del sub-grupo de los más violentos, llegó a patear en la cara al anciano concejal Flavio Rossi, en plena reunión del Concejo Municipal, sólo porque vio acosado a su dios. Pero la cuestión del fanatismo sorista va más allá aun. Su más público detractor, el concejal Francisco Prieto, habló de abandonar Iquique, aduciendo temor por su persona física y la de su familia, sobre la base de la comisión de asesinatos que estarían ligados al sorismo. ¡Vaya, eso sí que es serio! Prieto está denunciando la existencia de una mafia que actúa en la política local que no trepida en nada, ni siquiera en la eliminación física de las personas. Nadie ha contestado este gravísimo cargo, y la verdad es que debiera hacerlo el propio Soria, exigiendo la respectiva investigación, hasta el fin. En otras palabras, si esto no se aclara, ya pueden darse por advertidos quienes se propongan salirle al paso a Soria en su campaña electoral, o los que, simplemente, quieran expresar públicamente su rechazo al caudillo. Hablemos ahora del caudillismo político moderno, aunque cada vez haya menos caudillos. El caudillo no surge en los centros nacionales, sino en la periferia, abandonada por la metrópoli. Menos aun surge en sociedades bien organizadas y justas, donde los ciudadanos son personas que tienen todo el derecho a la educación y a una vida digna y tranquila. El caudillo surge donde hay injusticia social, abandono y humillación. Por 1963, Iquique era una ciudad abandonada por el poder central. Había sufrido dos graves crisis, la del salitre y la de la industria pesquera. La ciudad se veía pobre y abandonada, al lado de sus congéneres Antofagasta y Arica, que relucían con la minería del cobre y el Puerto Libre. Los partidos políticos locales no conseguían nada importante a través de sus discretos parlamentarios, que, al fin de cuentas, terminaban siguiendo las órdenes de sus bancadas sobre materias que rara vez tenían que ver directamente con Iquique. Esa fue la gran hora de Soria. Era el líder joven, activo, carismático y sin ninguna contaminación política. Elegido alcalde, viajó insistentemente a Santiago a gritar por Iquique y proclamar los derechos de la ciudad. Su vehemencia trajo sus frutos: consiguió fondos importantes para la urbanización de los sectores más olvidados de Iquique y para su hermoseamiento general, lo que, por primera vez, dio impulso al turismo local. Como si esto fuera poco, con su incansable lucha, consiguió en 1971, en la administración Allende, la Zona Franca Industrial, que sería la base de la actual ZOFRI. En 1968, logró, además, que en nuestra ciudad se realizara por primera vez una Feria Latinoamericana de Manufacturas y Artesanías, y que Iquique, ¡cosa fantástica! consiguiese poco después ser la sede del Campeonato Mundial de Caza Submarina, que además nos dio un campeón mundial, Raúl Choque. Confiado nada más que en su intuición, con cada vez más desaciertos que aciertos, lo sorprendió el golpe de estado de 1973. Volvió a la alcaldía apenas restaurada la democracia. ¿Qué hizo Soria para volver y mantenerse en el poder hasta que fuera exonerado? Pues, demostrar que Iquique estaba abandonado por el poder central, y a insistir, usando su poderosa oratoria, en su política y propuestas “regionalistas” cuyo eje era la apertura de la región hacia el mundo a través de los corredores bi-oceánicos, antigua idea que ya había planteado en los años 60. Por cierto, ya no estamos en 1963, pero un discurso así, aunque no tenga mayor método ni posibilidades reales de concreción en el corto plazo, gusta y cala en la ciudadanía. Pero lo grave es que esas justas demandas, siempre fueron rubricadas por el típico discurso demagógico, por ejemplo, Iquique tiene el puerto potencialmente más importante y profundo del Pacífico, lo que es “obra de Dios;” el Este sudamericano construyó su parte de los corredores bi-oceánicos, por insistencia personal suya, etc., etc. Lo han acompañado en su exitosa carrera, sus cualidades naturales de caudillo. Es atrayente, de un carisma personal arrollador, buen orador, aunque no hable nunca de nada profundo y apele siempre más a la emocionalidad de las masas que a su capacidad de crítica y de análisis. También para muchos resulta atractivo que sea inorgánico, personalista y gobierne a su arbitrio propio, por la simple razón que la política y los políticos ya cayeron estrepitosamente en el descrédito, lo que Soria, sabe muy bien aprovechar (CONTINUARÁ). ……………………………………………………………………………………. LA VUELTA DE SORIA. PARTE FINAL. Soria, por los años 60 hasta 1973, era, sin duda, más popular que hoy. Visitaba a los pobladores en sus casas, a veces él mismo les repartía máquinas de coser y vituallas cuando era necesario. La verdad sea dicha, hacía falta eso, porque el caudillo lo hacía con las familias más pobres, cuyos descendientes hasta hoy le guardan fidelidad y afecto. Aunque fueran efectistas, esas acciones eran genuinos actos de cariño por la gente humilde que se le debe reconocer. Pero, más tarde, su innata índole personalista en el ejercicio del poder, terminarían con el antiguo e idealista joven líder. Impidiendo el surgimiento y proyección de muchos buenos seguidores suyos (entre ellos, dirigentes sociales y académicos universitarios) el nepotista Soria favoreció a su familia y parientes, empezando por sus hijos y su cónyuge. Por supuesto, las cualidades de los líderes no se heredan, y el mayor de sus hijos, elegido diputado por la Concertación y el sorismo en dos períodos, batió el récord nacional de ausencias a las sesiones de la Cámara. Soria debió salir en su defensa, aduciendo que su vástago padecía de una aguda “apnea,” (una seria enfermedad respiratoria). La pregunta lógica fue entonces, ¿por qué no renuncia si está tan enfermo? Ya viejo, y re-elegido cuando fue restaurada la democracia, el caudillo se apoderó del canal de televisión municipal, tendencia anti-democrática que su sucesora Mirta Dubost ha seguido, o bien copiando a Soria, o volviendo a los tiempos de la dictadura, cuando fue alcaldesa designada. Luego viene la designación sesgada de muchos de los administradores municipales, incluidos los directores de las escuelas, en concursos de sospechosa validez, etc., etc. En realidad, la administración Soria post-dictadura no tuvo la brillantez, la eficacia ni el dinamismo que la del otrora joven alcalde. En verdad, su obra alcaldicia es de carácter mayor, si se la considera hasta 1973, pero menor si se considera que estuvo a la cabeza del gobierno local por más de 25 años. En otras palabras, es muy posibleseis administraciones municipales que no hubiesen sido las suyas, hubiesen sido más provechosas para la ciudad. No podía ser de otro modo: las mañas del caudillo afloraron con más fuerza cuando viejo, como la general incondicionalidad a su mando que exigía de sus subalternos, por sobre la calidad profesional o, incluso, personal. La historia ha demostrado que los caudillos no dejan herederos. El espacio político de Soria, es decir, el “regionalismo sorista” lo perdió su hijo ante Mirta Dubost hace cuatro años. Luego, ya prófugo (y eso que él dice respetar los fallos de la justicia) sus bonos bajaron aun más. Su buen hijo Mauricio, en suma, no lo sustituyó, y tampoco Inés, su leal esposa. Por cierto, cuando desaparezca, por viejo o por la Parca, nadie lo hará. Otra condición del caudillo es que a menudo habla de cosas que no entiende. Soria ha explicado su súbita voltereta de 2006 hacia la derecha con su manido argumento que él es un hombre “pragmático,” y que no le interesa la política, sino sólo Iquique. Supone equivocadamente que ser pragmático es algo necesariamente bueno. Pues bien, no es así. Si se entiende que el pragmatismo es la consideración de los efectos prácticos de cualquiera acción humana, éste puede ser, obviamente, malo. Dicho de modo más simple, el pragmatismo puede aceptarse como éticamente válido sólo si el individuo “pragmático” tiene principios que exceden su persona, y escrúpulos en sus métodos; es decir, si sus intenciones son correctas y no cree que los medios justifican el fin. Los ejemplos que Soria daba sobre su “pragmatismo” en las emisiones de la televisión municipal sólo reflejaron su ignorancia en materia conceptual y política. Una vez, dijo que la izquierda y la derecha no existen, y tomó por ejemplo a China. En ese país, para empezar, todas las industrias y empresas básicas están controladas totalmente por el Estado, y todas las empresas privadas en funciones pagan al gobierno enormes impuestos y royalties; más aun, si son extranjeras, se someten rigurosamente a las leyes chinas y su crecimiento está controlado de acuerdo a la ley. En China, además, la Educación, las pensiones y la Salud son estatales y no tienen fines de lucro. En China, aunque haya expresiones de propiedad privada, lo que hay básicamente es socialismo, sistema social que la derecha execra y rechaza rotundamente; es decir, el socialismo es izquierda. Con ese argumento de “pragmatismo,” Soria se asoció a Piñera, uno de los mayores beneficiarios del régimen bajo el cual Soria fue su víctima. En la contienda electoral que se avecina, el anciano caudillo no las verá todas consigo. Ha perdido a gran parte de la izquierda local, aunque los comunistas, muy “pragmáticos” también lo apoyen, lo que, a su vez, ahuyenta a los partidarios que siempre el caudillo ha tenido en la derecha. Además, su alejamiento del poder le ha restado influencia en la comunidad, lo que tendrá necesariamente efectos electorales. Finalmente, todavía no se ha aclarado el cargo que se le vendrá pronto encima, en cuanto haber recibido (supuestamente hasta hoy) una pensión de vejez de la Caja de Empleados Municipales que él mismo tramitó, y que era incompatible con su sueldo como alcalde. Como ven, esta historia no ha terminado.