viernes, 28 de noviembre de 2014

EL NEGOCIO DE LA TELETÓN.

PROF. HAROLDO QUINTEROS. 28/ 11 / 2014. (Parte final) La “Telethon” de Jerry Lewis es una colecta pública sin empresas que se seleccionan previamente. En Chile, las “empresas patrocinantes” de la Teletón obtienen publicidad gratuita, y lo más probable es que lucren a destajo. Todo esto, mientras son las contribuciones anónimas de los ciudadanos comunes las que llenan las arcas de la Teletón en más del 80%. Además, es un misterio cómo estas empresas obtuvieron su cupo en ella. Recordemos que en una versión anterior, el ex-alcalde de las Condes, Francisco Javier de La Maza, denunció a Kreuzberger de “actitudes mafiosas,” señalando: “la Teletón no puede estar anexada a empresas que pagan por participar bajo condiciones que desconocemos, y no tengo por qué autorizar campañas publicitarias de empresas que hacen negocio con la Teletón." ¿A quién pagan esas empresas por participar en la Teletón, y bajo qué condiciones? La acusación no puede ser más grave, y que se sepa, Kreuzberger no se querelló ni De la Maza se retractó de ella. Además, ¿por qué los grupos Luksic, Clínica las Condes, Fasa y el cuestionado Penta conforman el directorio de la Teletón? Lo indesmentible es que hasta el final de la jornada, la Teletón promueve a las “empresas patrocinantes,” y la población, conmovida por la visión de niños sin brazos o piernas, compra selectivamente sus productos. Llega la noche final y las empresas abren sus chequeras. ¿Donaron o lucraron? Por supuesto, el incremento adicional de sus utilidades en el período de promoción es un secreto bien guardado, aunque sería fácil averiguarlo: Audítese públicamente el promedio general de las utilidades mensuales, y compárese con el de los meses del período de promoción. Lo lógico sería que el plus comparativo de utilidades se donara íntegramente. Mientras eso no se haga, tenemos todo el derecho a sospechar que las “empresas patrocinantes” no dieron un centavo, porque bien pudo ser que sólo entregaron una ínfima parte de ese plus. En otras palabras, habrían lucrado sin ningún escrúpulo con nuestros niños discapacitados, actuando apenas en calidad de intermediarios entre los verdaderos donantes, el público consumidor, y la Teletón. Alguien me decía: “¡qué importa que las empresas o Kreuzberger ganen plata con la Teletón si así se soluciona el problema de miles de niños discapacitados!” Cierto, pero tal dicho implica que la Teletón, una empresa privada, ha sustituido al Estado en esa función, y, además, de modo extremadamente parcial. Mientras el Estado no se ocupe de nuestra población discapacitada, deber que le es obligatorio, la Teletón no solucionará de verdad el problema. A la resolución de la ONU sobre el tema, se ha sumado nada menos que la propia Asociación de Discapacitados de Chile. Dijo su presidente Alejandro Hernández: “Este es el negocio del siglo para algunos… La Teletón no alcanza a atender al 0,8% de la población con discapacidad, que alcanza más de tres millones de ciudadanos en Chile. Entonces acá hay un gran negocio y atropello a los derechos humanos de los niños.” En fin, como nuestro Estado sigue sin asumir su responsabilidad, por lo menos por razones de moral pública exijamos a la Teletón que no siga haciendo de la discapacidad un objeto de lucro, y demande a las “empresas patrocinantes” donar el total de las ganancias adicionales que obtuvieron en el período de promoción. ¿No es la Teletón la “cruzada del amor” y no “el negocio del siglo”?

No hay comentarios: